Los cinco meses de Gerard Piqué como 'entrenador' del Andorra: “No tiene término medio”

El pasado 20 de enero, sumido en la zona media de la tabla, el Andorra CF decidió despedir a Ferran Costa, el entrenador que había fichado la temporada anterior para sustituir a Eder Sarabia pero que no había resultado satisfactorio. El club descendió a Primera RFEF y, con la necesidad de ascender, el rendimiento del equipo estaba lejos de ese objetivo. Tras un tiempo de incertidumbre, finalmente club presidido por Gerard Piqué apostó por el que hacía las veces de asistente, Beto Company, y, según explican fuentes próximas a la entidad, el propio Piqué decidió dar un paso adelante con un claro mensaje de “esto lo que saco yo”.

Desde entonces, los jueves es el día en el que Piqué desembarca en Andorra y le echa una mano a Company con la preparación de los partidos. Lo que en un principio parecía un hecho puntual, se convirtió en un hábito, y no es de extrañar que el que fuera jugador del Barcelona se haya convertido en una de las piezas importantes del cuerpo técnico, aunque los días de partido los vea detrás del banquillo con el director deportivo, muy cerca de Beto Company.

El propio Oier Olazábal, portero y excompañero de Piqué en el Barcelona, explicó esta situación en Relevo el pasado marzo. ”Se ha puesto de entrenador, algo así como de jueves o viernes a domingo. Nos ayuda con la táctica y hace como de segundo. Al inicio, da impresión, pero en mi caso lo conozco más. Cuando se mete en algo, va a full, no tiene término medio, está comprometido con todo. Nos dijo que fuéramos más valientes, que jugáramos desde atrás, con línea defensiva mediocampo...”, explicó el guardameta.

En Andorra se le ha dado “naturalidad”, según fuentes consultadas, y se le resta trascendencia al papel de Piqué dentro de la mejora del equipo, que ascendió de la décima a la cuarta posición y se encuentra ahora mismo a un partido de regresar a Segunda División. Este sábado ante la Ponferradina (20:30) se juega la vuelta después del 1-1 de la ida y Piqué, implicado en todas las áreas, ya publicó esta semana que costeaba el viaje y la entrada a todos aquellos aficionados que deseasen ir.

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Piqué no tiene el título de entrenador según la normativa federativa, por eso mismo fuentes de la entidad destacan que especialmente es importante en la “motivación”, pero también en muchos detalles que le dio “el fútbol profesional”. ”¿Cómo no vamos a aprovechar a alguien de su experiencia?”, se preguntan en Andorra. “Piqué ayuda también en temas tácticos y en preparar los partidos”, añaden las mismas fuentes.

De hecho, Piqué se ha expresado en más de una ocasión contrario a ser entrenador por la saturación que le provocaron sus 20 años de profesional. “Más adelante, quizá, volveré al fútbol haciendo algo distinto. No me interesa ser entrenador. Necesitaba cambiar. Muchos años entre United y Barça, jugando cada tres días, te hacen acabar saturado”, explicó en 2024 en Il Corriere della Sera.

Este sábado lo vivirá como uno espectador más aunque lejos del banquillo. Él ya ha hecho el trabajo esta semana como lo lleva haciendo desde el despido de Ferran Costa. Ha sido la cara más desconocida del catalán en una temporada que puede ser meritoria para el Andorra si conquista El Tolarín. Y otro mérito de un Piqué capaz de ponerse todos los disfraces.